La imagen habla bien a las claras de lo ocurrido en el entrenamiento de ayer. A Jefren se le vio cabizbajo en muchas fases del mismo, abandonó la sesión de los Anexos con cara triste y fue su propio entrenador, Rubi, el que le llamó y le quiso animar. Fue por espacio de apenas cinco minutos, en los que se vio al técnico explicando detalles y tratando de que el extremo cambiase su cara.