El balón quedó suelto en la frontal y Rukavina fue decidido a golpearlo con el alma. Con el alma y con un pie derecho tan dolorido desde un golpe recibido en El Sadar que el lateral tiene que infiltrarse para poder jugar Anestesia que despertó los sentidos del equipo y de Zorrilla, emocionada al comprobar que sí se puede, que el Pucela está muy vivo.

Para poder jugar tengo que infiltrarme, por eso le he dedicado el gol al doctor Pablo Grande y también a mi familia, a mis compañeros y a los aficionados. Estoy muy contento con la victoria, la necesitábamos. Ya le he dicho al médico que quizá para poder golpear así de bien voy a tener que anestesiarme todos los días”, bromeó un risueño lateral.

Se trata del primer gol de Rukavina en la presente Liga, el segundo como blanquivioleta. La pasada campaña marcó ante el Rayo en la goleada firmada ante los madrileños (6-1).