Como les había dicho anteriormente, desde Argentina sólo puedo ver al Valladolid cuando juega contra el Real Madrid y Barcelona, así que la alegría de ayer fue inmensa. El partido lo sufrí todo el tiempo, cada tiro libre, tiro de esquina o aproximación del rival eran motivo para que me preocupe. Por suerte se consiguieron tres puntos que significan una alegría tanto en la tabla de posiciones como en lo anímico, creo que ahora el panorama está un poco más claro y el Almería, Málaga y Getafe son enemigos directos que lucharán hasta el final. El rendimiento del equipo mejoró muchísimo, de hecho, en la mayoría de los partidos pasados hemos tenido mala suerte, recuerdo el empate contra el Elche, que sí no nos quedábamos con un jugador menos por lesión se podría haber remontado. Toda esa mala suerte, ayer se ha dado vuelta y nos vimos favorecidos con una victoria sensacional. En cuanto al análisis del juego, creo que Juan Ignacio Martínez encontró una alternativa muy productiva en poner a Zakarya Bergdich como mediocampista en vez de que ocupe un lugar en defensa. Ha sido, desde mi opinión, el mejor jugador del partido. Pero no quiero olvidarme de Diego Mariño que demostró, una vez más, que está listo para ayudar al equipo cuando lo necesite. De más está decir que Javi Guerra ha hecho un partido muy bueno, aguantando la pelota contra dos, tres y hasta cuatro defensas del Barcelona. Sería muy injusto si no llegase a nombrar a Fausto Rossi, que ha hecho uno de los goles más importantes de la temporada y logró un gran trabajo en la mitad del campo. Además, quiero contarles que en Argentina, muchos de mis amigos me felicitaron por la victoria del Pucela, lo que me pone muy contento porque me siento un representante Blanquivioleta perdido en América Latina y no es para menos, acá en mi país, el partido fue al mediodía, por lo que no almorcé y me quede pegado a la pantalla del televisor, creo que mi familia me mira sin poder creer, como una persona que está a miles de kilómetros de distancia puede llegar a un estado de nervios, tristeza, felicidad y emoción al ver a un equipo que para ellos es desconocido, pero para mí es una pasión cada día más fuerte. Aunque sufrí… y mucho, una vez que el juego terminó, el alivio fue inmenso, y la victoria la vi una y otra vez, como para festejarla toda la tarde…

Lucas Giannotti (Hincha de San Lorenzo de Almagro, Argentina y seguidor, a la distancia, del Real Valladolid) Estudiante de Periodismo. Buenos Aires, Argentina.


Compartir
Artículo anteriorIl imperatore toma el mando
Artículo siguienteFiesta en Pucela