Javi Guerra volvió a ver puerta en la última jornada. Llevaba dos meses de secano y, aunque reconoce que el tanto fue «un churro», necesitaba marcar. Hizo el 1-1 ante el Levante y ya acumula 12 dianas esta temporada: «Es una pena porque teníamos puestas muchas expectativas, queríamos ganar y sacar la cabeza, pero al final no pudo ser». El delantero fue ayer muy claro en la semana previa a su regreso a su Málaga natal: «Ya no vale dar buena imagen, hay que ir a muerte».  
En las gradas de La Rosaleda estará su familia, amigos y mucha gente que le vio crecer. Pero el sábado, el Málaga es su rival: «Es especial, pero tenemos que hacer un partido serio. Y espero que el Málaga tenga también muchísima presión. Que salgamos fuertes desde el inicio, que es lo que hay que cambiar, y se le ponga cuesta arriba el partido».
Guerra no se corta al catalogar en sus primeras frase el encuentro como «casi una final, un partido vital para nosotros y esperemos estar a la altura»; aunque su discurso va aumentando con un «necesitamos sumar de tres en tres para salir de ahí y, sobre todo, que no aumente la distancia con los equipos que están en la pelea»; para acabar siendo muy claro: «Nos quedan pocas opciones, pero no hay que hacer cuentas, hay que ir partido a partido, aunque cada uno es fundamental ya y el de Málaga para nosotros va a ser una final».
Al igual que la afición, no tiene explicaciones para algunos inicios dubitativos o para las reacciones tras verse con los marcadores en contra: «Puede ser que sea falta de confianza. El equipo no está jugando como le gustaría y eso lo achaco a los resultados. Luego, las dinámicas son muy importantes y ahora el equipo está mal, no le salen las cosas e influye todo». Una vez superada la ‘crisis’ tras el empate ante el Levante, Guerra asegura que todo el mundo está centrado en lo del sábado: «No hay que bajar los brazos, hay que ir a por todas».

Confianza en el míster. La pregunta obligada era la de cómo veía a Juan Ignacio Martínez esta semana: «Lo veo igual que otras. Tampoco está para tirar cohetes, pero al míster lo veo bien; confía en el grupo y al final somos los jugadores los que vamos a salir al campo y tenemos que estar a la altura». ¿Y los futbolistas confían en él?: «Sí. La mayoría, o el 95% de la plantilla, está contenta. Siempre, cuando no juegas, hay historias. Pero es cierto que el grupo está conforme, le gusta la forma de entrenar. Pero si no ganas partidos es lo de siempre. Queremos competir y ganar. No hay que buscar culpables ahora mismo sino intentar cambiar la historia y esta semana tenemos una buena oportunidad».

El pichichi blanquivioleta no se olvida de su compañero Óscar: «Claro que se le echa de menos por todo lo que te da. Cuando está al 100% marca la diferencia y esperemos que esta semana esté porque quizá luego ya sea tarde».