El camino sin retorno iniciado por Patrick Ebert el pasado fin de semana, cuando se negó a disputar el partido de Liga ante el Villarreal, terminará tarde o temprano con el único final posible de la historia, es decir, con la salida del extremo alemán del Valladolid. Así, cuando apenas faltan tres días para el cierre del mercado de invierno, las partes siguen dando pasos en busca de una solución y el último de ellos fue la presencia de representantes del Spartak de Moscú en España con la intención de hacerse con los servicios de Ebert. Tras entrenarse por segundo día consecutivo al margen de sus compañeros, el futbolista germano se desplazó a Madrid para encontrarse con los emisarios del club ruso, mientras en las oficinas de Zorrilla se seguía a la espera de una oferta que pueda satisfacer los deseos económicos de Carlos Suárez, que parece dispuesto a dejar en la grada a Ebert si no se alcanza la cifra que reclama. Acaba contrato en junio El conjunto ruso parece contar con la fortaleza financiera necesaria para afrontar una operación de estas características, teniendo en cuenta que el centrocampista termina contrato el 30 de junio y que entonces contará con la carta de libertad. Sin embargo, a última hora de ayer todavía no se había cerrado ningún acuerdo. Lo que parece claro es que Ebert no volverá a vestir de blanquivioleta ya que todos los sectores del club, desde la Directiva al cuerpo técnico pasando por sus compañeros, han mostrado su postura de no contar con el alemán para este proyecto. De hecho, el extremo ni siquiera entra ya al vestuario del primer equipo y utiliza las dependencias que habitualmente se destinan al trío arbitral para cambiarse y ducharse en cada jornada de entrenamiento. La sucesión de desplantes que ha tenido Ebert desde su llegada a Zorrilla y su difícil carácter han terminado por agotar la paciencia de todos los integrantes del Valladolid, que ya ni valoran su enorme calidad futbolística como justificante para seguir en el club castellano.
