Gilberto Alcatraz García era el protagonista más buscado ayer en Valladolid. Todo el mundo quería hablar con el colombiano para conocer sus sensaciones tras el encuentro en Mestalla, donde fue titular en el lateral derecho y donde acabó con una asistencia y su primer gol en la máxima categoría. Tanto fue requerido que el club convocó a todos los medios de comunicación a una rueda de prensa en el José Zorrilla. Alcatraz acudió, posó en el césped del estadio y respondió a todas las cuestiones. Alcatraz, cuyo apodo viene por su padre, al que su abuelo llamó así porque se lanzaba al mar como el ave marina que lleva ese nombre, ha levantado el vuelo ya en Valladolid, en España y apunta a su selección: «Llega en el momento justo esta oportunidad de jugar, ahora hay que seguir con la misma humildad».
El domingo fue titular por segunda vez esta temporada, primera en el lateral derecho -«cuando el míster dio la alineación fue una sorpresa muy grande, no solo para mí sino para todos», reconoce-, y respondió con un gran encuentro, una asistencia de gol a Javi Guerra -«se mueve muy bien, anticipándose o desmarcándose. Si uno tira un buen centro él estará ahí para meterla», habla sobre el 0-1; y su primer tanto -«no lo pensé, es cuestión de segundos, vi el balón y decidí patear», añade-.
«Fue un día soñado para mí, pero con la sensación de que pudo haber sido mejor, haber conseguido la victoria; hicimos todo para conseguirla», analizó aún ayer, un día después del encuentro.
Su gol sirvió para que el Real Valladolid se adelantase, de forma momentánea, en el marcador, colocando el 1-2: «La celebración fue algo espontáneo, en ese momento hice lo primero que me vino a la mente, quise bailar, se lo dediqué a mi Dios y abracé a Jaime, que ha sido un soporte para mí en estos meses en Valladolid, una persona que me ha aconsejado mucho y también quise festejarlo con él».
Pero el Valencia empató en una jugada en la que se vio involucrado él, con una posible falta previa: «Es clarísima. Nos perjudica porque es una falta clara y de ahí viene el gol de ellos. Estábamos más cerca del 1-3 que ellos de empatarnos. No sé porque no nos la pita, se lo dije después, nos perjudicó».
Por eso, ese sabor agridulce, con su buen encuentro y el gol, y a su vez el empate final: «El vestuario estaba un poco triste porque nos quedamos con el sinsabor de conseguir la victoria».
Ahora el vuelo del Alcatraz luchará con Rukavina por un puesto en el once -«el que la tiene difícil ahora es el míster», señala- y por hacerse un hueco en su selección: «Está concentrada en Bélgica, ahora afronta dos amistosos; desearía estar allá, pero soy consciente de que si no juego no me pueden convocar. Ojalá me den muchos más minutos y poder estar en la selección».
Religioso. El lateral derecho colombiano siempre recuerda a Dios en sus alocuciones. Ayer le volvió a dar las gracias.

Familiar. Su mujer y su hijo han sido sus principales apoyos -al igual que el portero Jaime- en este arranque liguero: «Me desanimé después del partido contra el Villarreal, porque no fue el mejor debut, estuve muy triste».

Apodo. Alcatraz es su sobrenombre. Viene del que le puso su abuelo a su padre, por la semejanza de esta lanzándose al agua con el ave marina del mismo nombre.

Tatuajes. Cuando fichó por el Real Valladolid acumulaba 15, algunos de ellos con los nombres de sus familiares.

Rukavina. «Rukavina me abrazó y me felicitó, igual que yo lo he hecho con sus buenas actuaciones. No puedo decir que somos amigos, pero sí buenos compañeros y buenos profesionales, estamos en una pelea sana», dice el colombiano.
Link: http://www.eldiadevalladolid.com/noticia/ZD86A643D-E0E2-E3B5-AE44D26EF1B5A5EC/20131112/alcatraz/garcia/levanta/vuelo/primera