A Víctor Pérez le costó llegar al Córdoba y en diversos sentidos. Primero fue la negociación entre clubes, ya que el Valladolid lo tenía cedido en el Levante y no contaba. Sin embargo, la dirección deportiva blanquiverde siguió en su idea de hacerse con los servicios de un jugador contrastado en la categoría. Y finalmente lo consiguió.
Eso sí, y haciendo una similitud con las negociaciones para acceder al préstamo, el futbolista tuvo la oportunidad de presentarse en el final de la concentración llevada a cabo en Campoamor. Y lo hizo con algo de suspense, puesto que su GPS no daba con el enclave alicantino donde se desarrollaba el stage, aunque finalmente apareció.
Y en lo deportivo también le sucedió algo por el estilo. Porque al manchego le ha costado más de lo que esperaba ser de la partida con Oltra. En la pretemporada estuvo condicionado por la campaña anterior, en la que prácticamente estaba inédito. Además, después tenía que pagar el peaje de la primera jornada en la que la cláusula de la «vergüenza» establecida por el Valladolid le impedía ser alineado por ser el poseedor de los derechos formativos del jugador.
Por lo tanto, Víctor Pérez tuvo que esperar su turno ante el Leganés y lo cierto es que no estuvo acertado. Por ello, contra el Alcorcón fue relegado al banquillo y no tuvo su siguiente oportunidad hasta el partido de Copa ante el Lugo. Ahí, Víctor Pérez volvió a estar lejos de las perspectivas generadas inicialmente, suscitando pitos entre algunos sectores de la afición.
Eso llevó a Oltra a darle un periodo de descanso y reflexión. Pérez se quedó en un segundo plano. Salió de la convocatoria en el partido que disputaron los blanquiverdes ante el Real Zaragoza y que se tradujo en victoria por 0-1. Después, el medio sí volvió a estar entre los escogidos por el técnico para vestirse, pero pasó inédito en los siguientes pleitos contra Ponferradina, Osasuna y Bilbao Athletic. Tuvo que esperar hasta la visita al Lugo para tener nuevamente minutos de competición. Fueron siete en concreto, pero le sirvieron para reencontrarse. Por entonces, Oltra hablaba de que era un jugador a recuperar porque estaba llamado a ser «importante» en la temporada.
Inédito en Vitoria
Sin embargo, su concurso no dejaba de ser testimonial. A la semana siguiente, realizó el técnico el mismo cambio en el tramo final del compromiso entre el Córdoba y el Numancia. Entonces, el cuadro blanquiverde vivía uno de sus mejores momentos del curso. En Vitoria, por ejemplo, no actuó y el Córdoba acabó cediendo en la última jugada ante el Alavés, algo que se repitió siete días después en el triunfo del Córdoba ante el Nástic.
Pero la suerte de Víctor Pérez, curiosamente, le cambió en casa. En el partido ante el Albacete, Markovic había visto una amonestación que le habría supuesto la puerta a la titularidad de por sí. Pero el serbio, pagando pecados de juventud, vio una segunda amarilla de manera absurda y eso propició que Víctor Pérez tuviera que examinarse en El Arcángel, el mismo escenario en el que no tuvo tino en sus primeros minutos como blanquvierde. Y ante el Huesca firmó una gran actuación, aunque ésta se empañó en el minuto 87 cuando una pérdida de balón por su parte propició el gol de Machís para los del Alto Aragón. El Córdoba se dejó por el camino dos puntos. Con todo, había convencido a Oltra lo suficiente como para ser de nuevo titular en el partido contra el Tenerife y también en el siguiente para recibir al Oviedo. Y ahí se vio una de sus mejores versiones, dando dinamismo al equipo, que firmó unos 30 minutos iniciales primorosos bajo su batuta.
Por eso, Víctor Pérez ha comenzado a silenciar las voces discordantes que cuestionaron los motivos de su contratación. Por eso, Oltra también confió en él en los partidos ante el Girona y el Llagostera, que también finalizaron con sonrisa para los blanquiverdes. De hecho, Víctor Pérez puso la rúbrica al segundo tanto materializado el pasado sábado, por lo que también entraba en la estadística goleadora del presente curso.
