En el año 2010 Henrique Sereno fichó por el Real Valladolid procedente del Vitoria, y en una entrevista para el diario portugués Tribuna Expresso ha hablado de la difícil temporada en la que llegó: “Como nací en Elvas, Badajoz está al lado, ya hablaba español con fluidez, sin ningún problema, conocía bien la cultura, conocía bien a todos los jugadores. En Elvas se veía más televisión española que la portuguesa. La adaptación fue muy fácil, aunque teníamos un gran equipo, teníamos a Diego Costa, Manucho, Borja, desde el principio de la temporada que habían hablado con el Vitória, incluso habían ofrecido una oferta al Vitória que fue rechazada, y por lo tanto sabía que realmente me querían y que era para jugar”.

Reconoce que tuvo mala suerte: “Sí, hago mi primer entrenamiento y tengo una rotura muscular [risas], fueron tres semanitas. Pasaron esas tres semanas y mientras tanto el entrenador, Mendilibar, fue despedido y llegó Onesimo Sánchez y empiezo a jugar, perdimos 2-0 con Villarreal y Onésimo fue despedido. Vino Javier Clemente. Quiero decir, en tres semanas recogí tres entrenadores”.

Habló de lo que pasó en el vestuario y de que Clemente lo solucionó: “Muy diferentes, Mendilibar sigue siendo un entrenador a día de hoy, es un entrenador respetado en España. Onesimo había sido un gran jugador, en el Barcelona, fue entrenador del equipo B y subió, solo que no le fue muy bien. Clemente hizo un trabajo espectacular en el Valladolid, fue un entrenador mítico, fue el entrenador de España y es un entrenador con mucha experiencia. Lo sabía todo, todos los trucos del fútbol. Realmente disfruté estar con él”.

No fue una temporada fácil en el vestuario pucelano: “Miren, por ejemplo, había una tapadera en el vestuario, un jugador que siempre estaba poniendo negatividad en todo lo que se hacía, jugaba pero no entrenaba bien. En dos partidos se pudo ver que era ese jugador el que ponía nerviosos a todos. Clemente llegó, lo vio y ya está, a partir de ahí todo fue una maravilla”