El año nuevo ha dejado en el Real Valladolid una de las noticias más esperadas y deseadas por la afición pucelana. La renovación del director deportivo de la entidad Miguel Ángel Gómez sirve para apuntalar un proyecto ambicioso pero que sigue estando en pañales, pese a lo que nos quieran vender o lo que queramos comprar.

Miguel Ángel Gómez vive su tercera temporada al frente de la dirección deportiva del Real Valladolid. Un ascenso aun increíble y una agónica permanencia en Primera División con uno de los presupuestos más bajos de la categoría han llevado al club a ampliar el contrato del andaluz hasta junio de 2022 y esto debe ser una buena noticia para este proyecto. Principalmente porque la renovación de MAG parecía tener como condición sine qua non una mejora en la capacidad económica del club en el futuro más inmediato sobre todo de cara a la confección de la plantilla; que es lo que al final más interesa. 

En todo este tiempo es una opinión generalizada que los aciertos de Gómez han superado a sus “fracasos” en términos estrictamente deportivos. Es innegable también que parece que la confección de la plantilla para esta temporada tiene ciertas lagunas, sin embargo, hay que valorar la renovación de manera global y es ahí donde creo que tenemos motivos para ser optimistas. Dejando al margen el aspecto puramente deportivo, la continuidad de MAG dota al club de una sensación de solidez con la que hace tiempo no contábamos. Hoy en día podemos presumir de tener un presidente cuya fama mundial otorga al club un escaparate internacional nunca antes visto y que, además, parece tener una seriedad y un compromiso con el proyecto fuera de toda duda, al margen de estar bien rodeado. Al lado de Ronaldo vemos un portavoz totalmente entregado a dicho proyecto, que defiende al Pucela allá por dónde va y que habla de él con pasión y sinceridad. La tercera piedra angular era acabar con los rumores sobre la continuidad de un director deportivo que se está haciendo con un gran cartel en nuestra liga y que parecía deseado por varios clubes de Primera División. Acertar con los fichajes y crear una plantilla competitiva con tanta limitación económica es complicado porque no basta con traer jugadores de calidad contrastada, además tienen que funcionar; de igual manera que puedes contratar a un semidesconocido que resulte ser pieza básica en tu equipo. Con esto no quiero exculpar a Gómez de algunos fichajes que no han dado la talla pero cuando tienes un presupuesto tan ajustado, el componente de suerte cobra gran importancia. Un claro ejemplo ha sido la apuesta por Sergio González cuando el mercado no ofrecía muchas más alternativas; que levante la mano quien pensara que este entrenador iba a lograr lo que ha logrado hasta ahora.

Por eso lo importante es la estructura de club que se está creando al margen del primer equipo. Unas categorías inferiores cada vez más trabajadas y con las ideas claras que poco a poco irán aportando más al primer equipo y un grupo de trabajo que controla la jungla del mercado a la perfección, dan sensación de estabilidad a la entidad, lo cual debe ser la base para aspirar a algo más en el futuro. Habrá que armarse de paciencia y no esperar grandesresultados de manera inmediata e incluso ser conscientesde que podemos tener algún revés por el camino, pero un proyecto sólido se construye con cimientos que resistan las peores condiciones sin tambalearse y la sensación que da, hoy en día el Pucela, es que así es. Hace algunos días David Espinar afirmó que el club está sobradamente preparado si tuviera la mala suerte de descender (cosa que obviamente no sería buena) y que el proyecto global seguiría adelante en caso de descenso. Esto que podría interpretarse como “poner la venda antes de tener la herida” a mí, sinceramente, me da la confianza de que las cosas se están haciendo bien.