Desde el comienzo de la temporada se detecta una corriente en contra de Masip y a favor de la titularidad de Lunin en la portería del Real Valladolid. Es algo que ya se podía preveer visto lo que sucedió el año pasado en Leganés en una situación similar.

Está claro que toda esta corriente tiene su origen en la capital. Lunin es un jugador cedido por el Real Madrid que tiene muchas esperanzas puestas en el joven meta ucraniano y lo ha cedido con el objetivo de que tenga minutos en un equipo de la máxima categoría y se vaya “formando” para defender la portería blanca en un futuro.

Lo que choca es que esta opinión cada vez esté más extendida entre la afición del Pucela. No voy a ser yo el defensor a ultranza de Masip, ni tampoco el que vaya a dudar de las capacidades de Lunin, pero me sorprende que cada vez un porcentaje más alto de aficionados se decante por un cambio bajo palos cuando la mayoría no hemos visto al ucraniano en acción; fiarnos solo de las referenciasme parece demasiado arriesgado.

Mientras Lunin aún debe demostrar lo buen portero que se supone que es, Masip lleva defendiendo la portería pucelana algo más de dos años. Ha tenido sus errores, cierto, pero también es verdad que en todo este tiempo el balance es positivo a su favor. Esto no significa, sin embargo, que deba ser titular por decreto. Soy de la opinión de que los que tienen que jugar son los mejores y que si el portero a priori suplente está mejor, hay que ponerlo. No me he creído nunca aquello de “matar” a un portero por relegarlo al banquillo, si un jugador en esta posición tan concreta no está preparado mentalmente para ver algunos partidos desde el banco, tampoco lo está para ser titular indiscutible por lo que tampoco me parece lógica la opinión de Sergio al afirmar categóricamente que “a no ser que pase algo raro Masip será mi portero”. Sergio tiene dos porteros y su obligación es jugar con el que en mejor forma se encuentre en base a su gusto futbolístico, claro está.

Sigamos opinando y criticando, ¡faltaría más!, pero tampoco nos dejemos influenciar por las opiniones de gente a la que la importa muy poco el futuro del Real Valladolid. Creo debemos estar tranquilos y confiar en Masip, en Lunin y en el criterio del cuerpo técnico que sabrá mejor que nadie cuando es el momento de cambiar la portería, si es que ese momento llega. Por mi parte estaré a muerte con cualquiera de los dos porteros que juegue.