El Pucela consiguió lo que a mediados de temporada parecía imposible,  EL ASCENSO, EL PRECIADO Y MERECIDO ASCENSO.

Hoy después de más de 8 días de haber logrado la vuelta del equipo Blanquivioleta a la categoría que le corresponde, yo como aficionado todavía estoy soñando  y por Dios que a nadie se le ocurra despertarme.

Desde el minuto uno de la llegada de Sergio González ya se veía que algo estaba pasando, la actitud de los jugadores cambió de golpe y eso tiene mucho que ver con la la idea que trajo a Pucela el nuevo mister y su cuerpo técnico.

Día a día, con trabajo, silencio y sin prometer nada más que trabajo, trabajo y trabajo fue cambiando un equipo que le dio orden y sentido común a la hora de defender y de sacar el balón jugado desde atrás.  Nuestros puntos débiles con Sampedro fueron mejorados y se acabó con las fisuras . Se jugó con las líneas más juntas y la entrada de Michel en el centro del campo dio más claridad repartiendo juego a su antojo, mejoras que nos hicieron entrar en playoff. 

Y así Sergio González obró el tercer cambio: Cambió a una afición, nos despertó, nos hizo creer en la posibilidad de que por fin los años duros habían terminado y que por fin podríamos subir a primera división. Lo hizo sin prisa, sin ruido y con mucho, mucho pero que mucho trabajo, ese fue su prometido cuando llegó a la Ciudad.

Él y Diego Ribera se han ganado nuestro respeto y cariño precisamente por hacer las cosas sin hacer ruido y trabajar paso a paso para conseguir que los logros y sueños se hicieran realidad.

Ver Zorrilla a reventar durante tres partidos consecutivos es algo que nadie recordaba en esta ciudad, y señores esto se ha producido en segunda, algo inaudito en Valladolid. Cuando Zorrilla vibra, canta, se emociona, aprieta y hace la ola… es inexplicable para los que lo vivimos desde dentro, nadie te lo puede contar, sólo lo puedes vivir y sentir.

Cuando el equipo se plantó en los Playoffs por méritos propios ya se intuía que algo gordo iba a pasar, ya que este equipo llegaba como una moto, bien encarrilada y mejor pilotada, pese a las complicaciones de un playoff, sabíamos que nos tocase quien nos tocase no le teníamos miedo ni a los mismísimos miuras puestos a jugar al fútbol.

Y así fue, primero el Sporting y después cuando todos apostaban por el Zaragoza nos tocó por sorpresa el Numancia. Con los valores de Sergio de tranquilidad, trabajo y mucha ilusión fueron capaces de hacernos vivir un ascenso más.

La Fiesta del ascenso se vivió con el sentimiento que se había contenido durante estos 4 años. Valladolid se echó a la calle y festejó con sus guerreros el tan ansiado ascenso. En el ambiente se notaba la despedida de uno de los hombres más carismáticos y querido de este equipo, Jaime Mata (pero con el ascenso puso el broche de Oro a su paso por Valladolid). La verdad es que poco más se le puede pedir. Su profesionalidad desde el primer hasta el último, su compromiso y sobre todo el ser tan buena persona que le ha hecho ganarse a esta afición por y para siempre. 

No es el único, Hervias también se despedía, tampoco se le puede reprochar nada, su contribución y su compromiso le valieron el cariño y gratitud de toda la afición

Todo esto no se hubiera conseguido sin una decisión que se toma en la Dirección Deportiva: Miguel Ángel Gómez y su equipo tardaron en decidir el cambio de entrenador (siempre desde el punto de vista del aficionado) pero finalmente tomaron la mejor decisión para el Valladolid y visto los resultados en el momento adecuado. 

Todos esperamos que este equipo de trabajo no se rompa,( y podamos seguir disfrutando, que ya va tocando), en primera división, donde esperemos crecer y hacernos fuertes. Sabemos y somos conscientes de que habrá altibajos y que no vamos a ser campeones de Liga, Copa y Champions el primer año, pero si que nos gustaría que el nivel de compromiso y de lucha que ha traído Sergio no se diluya ni se pierda al primer contratiempo. 

Sabemos que el camino esta lleno de piedras y baches, pero SI FUERA FACIL NO SERÍAMOS DEL PUCELA. 

Artículo de @elpocerocolorao