Después de una primera parte en Lorca en la que se nos encogía el corazón con el gol del conjunto murciano y con la poca aptitud del equipo para sacar el partido adelante, los fantasmas del pasado volvieron a aparecer.

El partido después del gol del Lorca se descompuso y a cada jugador del Pucela le entraron las prisas por empatar con una serie de imprecisiones en el pase fácil provocados por los nervios. En algún momento todos recordamos al Pucela de Miranda o de Reus de años anteriores.

Pero a balón parado, algo que sin Sergio González se echaba de menos,  Míchel botó una falta y al otro lado estaba Borja para meter un gol antológico, que dio mucha tranquilidad al equipo. En estas llegamos al descanso y es lo mejor que pudo suceder ya que el equipo se tranquilizó y se transformó en la segunda parte.

No sabemos que les dijo Sergio González, pero dio resultado. La segunda mitad no tuvo nada que ver con lo visto anteriormente. Salieron con el chip cambiado y eso se notó en el juego, que fue mas fluido y con un Míchel en modo comandante, además de que Óscar Plano, Hervias , Toni Villa y sobre todo y Jaime Mata se echaron el equipo a la espalda y el Real Valladolid empezó a carburar y a funcionar.

Míchel al que Luis César tuvo en el ostracismo, marcó los tiempos del partido al ritmo de su antojo y eso lo se notó mucho en el juego que desarrolló el equipo. Óscar Plano fue el “escudero” del «matador» del equipo, y lo hace a la perfección, a eso hay que sumarle la calidad que tiene, junto a Mata volvieron locos a los defensas del Lorca.

Toni Villa no tuvo su mejor partido y eso lo notó mucho el colectivo, se enredó en demasía en cosas que eran fáciles, no obstante cuando no se entretiene con el balón y juega con claridad, no hay  duda de que Toni es un gran jugador, moviéndose entre líneas y facilitando el juego a Mata y a Plano. Un jugador que está en periodo de aprendizaje y que de seguir evolucionando nos dará muchas tardes de gloria.

Hervias, tras la llegada de Sergio González ha crecido y está ayudando mucho a su lateral últimamente. Participativo en el ataque y que siempre aporta algo al equipo, el último partido provocó el penalti que terminó transformando Jaime Mata para hacer el 1-2. Es un jugador diferencial, al que el nuevo entrenador está sacando más partido que el anterior.

Y por último que decir de Jaime Mata que no se pueda haber dicho ya. Este Hombre está batiendo todos los registros con garra y lucha, además se entrega al equipo, en el que por desgracia no militará la temporada que viene, y eso le hace todavía mejor persona y profesional, ya que no rehúye de la lucha ni ceja en el empeño de dejar al equipo lo más alto posible en la clasificación. Mata es de otra pasta, y así lo vemos partido tras partido, todos los elogios y cariño de la afición Blanquivioleta se quedan cortos. Anteriormente hemos dado palos a Luis César con otros jugadores, sin embargo con Mata es el gran culpable de su gran temporada, ya que la temporada pasada con Paco Herrera poco pudo demostrar su valía en Pucela.

El Domingo tenemos otra final, en Zaragoza y contra un rival directo para el ascenso. Se leerán cifras y posibles combinaciones para el Play Off, pero todo eso se queda en nada si no seguimos con la senda marcada por Sergio González, un Entrenador que a la chita callando y sin ruidos tiene al equipo donde nadie pensaba hace un par de meses. Sólo nos queda seguir confiando y estar encantados de creer en este equipo y en este entrenador, y como siempre digo y ahora más que nunca a falta de estas dos últimas jornadas infartantes: «SI FUERA FACIL NO SERÍAMOS DEL PUCELA».