Una vez más, Diego Mariño fue el salvador del Sporting de Gijón contra el Real Valladolid, ya en la primera vuelta en El Molinón fue el culpable de que el Pucela no sacase los tres puntos y solo se llevase un empate en tierras asturianas.

Ayer en Zorrilla, una vez más fue la pesadilla del Pucela y sobretodo de Jaime Mata. El propio portero al finalizar el encuentro reconoció que su actuación en la jugada con Mata fue clave para la consecución de los 3 puntos: «Cuando vi a Mata que iba a rematar pensé que había que sacar ese balón como fuera porque habíamos peleado mucho«.