Cuando Diego Mariño hace unos años se acogió a una cláusula de su contrato para dejar el Real Valladolid y jugar en Primera en las filas del Levante, se complicó su relación con la directiva y con los aficionados del Real Valladolid. Sobre este tema, el cancerbero tiene claro quien fue el verdadero culpable: «En Valladolid hice un gran año y al final decidí salir por unas cosas que tenía en mi contrato, se me presentó una oportunidad para seguir mejorando, pero el club no lo entendió así, fue más un berrinche del presidente que quiso defender lo indefendible».