Crónica elaborada por Juan Carlos Rojo (@elpocerocolorao)

Volvemos con la crónica de los entrenamientos semanales, precisamente en una semana muy convulsa dentro del club.

No es fácil contar lo que vivimos el Martes, la tensión que se palpaba en el ambiente se podía cortar con un cuchillo. Las aguas bajan muy revueltas por las orillas del Pisuerga.

No quiero, ni puedo, ni debo buscar culpables (para eso están otras personas más listas y preparadas que yo). Pero si que puedo contar lo que he visto a lo largo de esta semana, en un balón dividido el único que ha entrado con un poco de intensidad y fuerza esta semana ha sido Anuar. La bronca que se llevó de sus compañeros después de esta acción fue lo que más llamó la atención. Los entrenamientos son para eso precisamente (eso creo yo) pero parece que en este Club está penado con bronca, ya otras temporadas sucedía lo mismo entre futbolistas con galones y canteranos. Aunque prefiero pensar que es debido a la tensión de los últimos días vividos por todos.

Miércoles: No sabemos cómo pero parece que todo volvió a ser vida y dulzura en la plantilla del primer equipo, hacía mucho tiempo que no veíamos esa intensidad, ni ese esfuerzo en el trabajo.

No es fácil contar esta transformación que se ha visto en el campo de entrenamiento respecto a otros días, pero ojalá que pueda ser suficiente para cambiar y revertir la situación que está sufriendo el Club a lo largo de estos últimos tiempos y que tanto está hartando a la afición.

Viernes: Después de una larga sesión de video los jugadores del Real Valladolid saltaron a los anexos para entrenar en la última sesión de la semana. Este entrenamiento no ha sido el más intenso, pero si se ha trabajado en eso mismo (la intensidad). Hoy los gritos han corrido a cargo de los porteros, que son los que más han corregido a sus defensas para mejorar dicha intensidad.

Los entrenamientos que yo veo no se corresponden para nada con los partidos que está haciendo el Pucela domingo tras domingo. En los entrenamientos se ve la intensidad y fuerza que no vemos en los encuentros. Y eso es lo más desconcertante, tanto para nosotros como para el propio Paco Herrera.

Esperemos que esta debacle del domingo pasado haya servido para poner remedio a estas situaciones, y por fin tengamos una línea continúa en el césped. Un saludo y AUPA PUCELA.