El Real Valladolid es el equipo de la Liga que menos remata a la portería contraria: solo 30 disparos en nueve partidos. Nadie somete a menos trabajo a los guardametas rivales. Tampoco se distingue por rematar con profusión a balón parado: únicamente lo ha hecho en once ocasiones, la cifra más baja del campeonato. Y, sin embargo, el conjunto de Juan Ignacio Martínez es un prodigio de efectividad en este campo: con esos once remates, ha logrado cuatro goles. Sorprendentemente, nadie ha logrado más tantos en este tipo de jugadas. El prodigioso gol de Patrick Ebert de falta directa ante el Sevilla que aún titila en la retina de los aficionados es el último exponente de este aprovechamiento de recursos. El alemán alimentó anteriormente al equipo con sus letales saques de esquina ante Málaga (goles de Javi Guerra y Osorio) y Barcelona (tanto de Guerra). Ebert es el gran protagonista de los envíos con la pelota detenida. Resulta entendible que ante el Sevilla no permitiese que Fausto Rossi lanzase una falta frontal durante la primera parte, a pesar de que finalmente la estrellase en la barrera. Con el germano en el campo, cada acción de ese tipo supone un tormento para los rivales.
Pero si ‘el’ Real Valladolid remata poco ‘al’ Real Valladolid le rematan mucho… aunque sin éxito. Los rivales disparan y disparan, pero por desacierto ajeno o buena labor de los defensas blanquivioleta, muchos lanzamientos se pierden por la línea de fondo. De hecho, el Real Valladolid es el equipo de la Liga que ha recibido más remates (58) sin que Diego Mariño tuviera que intervenir. Si hablamos de envíos entre los tres palos, el cuadro albivioleta ocupa una templada décima posición con 44 disparos al marco de Mariño.
Así como el Real Valladolid anota más que nadie de cabeza, concede pocos goles a los contrarios y es el tercer equipo de la Liga que menos tantos ha encajado de esa manera. Solo Raúl García ha batido por alto al Pucela de Juan Ignacio Martínez en el choque ante el Atlético de Madrid. Los colchoneros y el Villarreal figuran como los únicos equipos que pueden presumir de no haber lamentado ningún gol de cabeza en contra hasta la fecha.