El delantero recibe elogios de Juan Ignacio Martínez y responde con goles a la confianza
El Valladolid había jugado y perdido en el Ciudad de Valencia. Era la primera jornada de la segunda vuelta, el Pucela se adelantó con un golazo de Baraja y un tanto en propia puerta de Rukavina cuando el partido ya moría significó la derrota. Aquel día, en la sala de prensa, Juan Ignacio Martínez empleó gran parte del tiempo que dedicó a analizar el encuentro a exaltar la figura de sus centrales por como habían controlado a Javi Guerra. Y se centró mucho en Héctor Rodas -que suplió al eterno Ballesteros-, al que elogió por saber controlar al ariete blanquivioleta para evitar sus giros.
El sábado, sobre el bien cuidado césped de La Veigona, cuando fue preguntado por si el Valladolid iba a incorporar un delantero, la respuesta del técnico fue una nueva dosis del alabanzas y piropos hacia Guerra. «Un delantero nunca viene mal, pero ten en cuenta que tenemos a Javi Guerra, que hoy [por el sábado] ha marcado un gol, le han anulado otro, ha tenido un mano a mano con Cuéllar y ha enviado un balón al palo. Nos da mucho».
Sobran las palabras
Javi Guerra, independientemente del delantero que llega, si es que llega, tiene ahora mismo todas las papeletas más una para ser titular el día 17 ante el Athletic Club. Y aunque Juan Ignacio Martínez no lo diga con las palabras, lo deja entrever entre líneas.
Vista la manera que tiene ahora mismo de jugar el Valladolid, la opción del entrenador entra de lleno en la lógica. El Pucela es un equipo que se va a mover de dos maneras diferentes esta temporada, en función de cómo sea el rival.
Para empezar, está el asunto del contragolpe, un arma que con Djukic no tenía especial relevancia pero que con el alicantino a los mandos adquiere mucha importancia. Juan Ignacio quiere que el equipo salga jugando, construya desde atrás y genere las ocasiones a partir de la posesión del balón. Ahora bien, ha instruido claramente a sus jugadores para que inserten en sus particulares discos duros futbolísticos la instrucción de que el contragolpe también es una manera de jugar al fútbol.
Tres delante
Y la máxima exposición de esa instrucción se produce en los saques de esquina. Djukic mandaba a todos los hombres a defender, incluido el delantero centro. Juan Ignacio manda a siete a defender, deja a Óscar cerca de las inmediaciones del área y a Guerra y uno de los interiores en el centro del campo. Si el rival no está atento y coloca a tres defensores, se ve abocado a un dos para dos cerca del área en el que la calidad técnica de Guerra, su facilidad para el desmarque o para ver las entradas de Óscar o de otro compañero, le hacen subir muchos enteros.
El Valladolid de Juan Ignacio va a partir de la idea de Djukic, pero va a a tener un desarrollo totalmente distinto. Mismo control, más aplicación defensiva con defensa en zona y no mixta y más velocidad.
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